noviembre 16, 2005

Mi Relación con los Dentistas

No recuerdo si alguna vez me sentí distinto (o indistinto) hacia ellos. Sin duda antes de mi primera visita tenía nervios, pero al no saber que me va a pasar, no creo que haya esperado esa visita con ánimos de buscar una excusa para no ir.

Pero después de un par de años de tratamientos con frenillos, arreglos de alguna caria y tres (cuéntenlos: tres) intentos fallidos de ponerme un injerto para reemplazar la muela que nunca me salió, mi opinión acerca de los dentistas está bien definida.

Claro, es que mis dientes eran un desastre, y debo admitir que mi odontólogo los arregló satisfactoriamente. Pero descubrió que tenía aún un diente de leche, y la razón por la que nunca lo había perdido es porque nunca me creció mi diente de… ¿tienen un nombre? ¿Diente de adulto? ¿Diente de vodka? Lo que me recuerda, si nunca se me salió el diente de leche, ¿no me debe plata el ratón?

En fin, es asunto es que esa muela nunca tuvo una estructura ósea lo suficientemente gruesa para hacerme un injerto. Y el médico solo se enteró cuando ya estaba listo para operarme y tenía el bisturí clavado en mi encía. Cosas similares me pasaron las dos veces siguientes que fui a ver a expertos para solucionar mi problema. Como siempre me dejaban descontento (la última vez me ofrecieron sacarme hueso de la barbilla para hacerme el injerto), no volví al dentista en dos años. Hasta ahora, que me comenzaron a sangrar las encías.

No me sorprendió que tengan los consultorios en el sótano, y al frente del departamento de finanzas. Es más fácil controlar los monstruos si los tienes confinados en la misma área.

Me quejo, pero la verdad es que esta visita fue mejor que muchas anteriores. La doctora se dedicó a hacer su trabajo y en ningún momento me ofreció alguna idea extraña para solucionar ningún problema. Lo único malo es la anestesia local, que recién comienza a disiparse. Eso quiere decir que paso de un labio caído a un cosquilleo que sé que se va a convertir en dolor en una hora o dos.

Bueno, solo quería compartir mi opinión de los dentistas con ustedes. Seguro tampoco las disfrutan.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ay... dentista, esa palabra la odiaba cuando era pendex.... ahora me voy a hacer chequeos de vez en cuando....

salu2....

Carlos García S. dijo...

y... hay que hacerse chequeos... pero sigue siendo una mala palabra en mi vocabulario

Anónimo dijo...

ay ya habia posteado y no se se borro
hola soy vicky de argentina, estaba buscando una foto potable de los gemelos fantasticos para poner en mi blog y salto la dir de tu blog en yahoo
muy graciosos tus posts

exitos

Carlos García S. dijo...

Vicky, gracias por tu comentario, y por insistir cuando se borro tu comentario anterior. Se nota que tienes garra... garra de halcon! Y yo seré un cubo de hielo enorme que se derrite bajo el fuerte sol de verano!
saludos