diciembre 10, 2005

El Baile

Empieza con un baile, o tal vez con un trago en un bar. ¿Cuál bar? El de siempre, el de los amigos. Ese que ya no existe… ese que sigues visitando en tu mente. Bailar tiene todo que ver con ritmo. Debes oír todas las sutilezas y moverte con los bajos, esos que te llegan al estómago y el corazón.

Primero bailas y cantas con todas las canciones, hasta que descubres esa que no puedes dejar de escuchar. Esa que tatareas en la ducha y esperas escuchar cada vez que prendes la radio. Una canción que te hace entender la música, que transporta todos tus sentidos. Bailar esa canción se siente tan natural…

Bailar como si nadie te estuviera viendo.

Bailas el baile prohibido, el bailas, solo, el baile de los que sobran. Un dos tres, un dos tres. Bailar sabiendo que nadie te esta viendo. Un baile invisible. Coqueteas con el baile mil veces y tienes dos presentaciones grandiosas que son solo ensayos. Bailas para el baile de tu vida. No puedes equivocarte pero tampoco puedes bailar con miedo.

Pasa el tiempo y sigues bailando, pero cada vez menos. Se te oxida el ritmo (y pensar que alguna vez ese mismo fue tu apodo) y vas perdiendo tu oído y tu voz. ¿Qué harás cuando te toque bailar de nuevo? Empezar con inseguridades y pasos pequeños… lanzarte al medio de la pista lleno de confianza… quedarte sentado, tratando de encontrar el ritmo con tu cabeza o tu pie… un dos tres, un dos tres, cuando suena la música no tienes tiempo para pensarlo. Haces lo que puedes por reconocer, entro los nuevos ritmos, esa vieja canción que conociste bien aquella vez, en aquel baile.

Bailas de nuevo, pero tienes el ritmo cortado. Lo debes encontrar rápido, antes que termine la canción. Son cuatro minutos siguiendo ese familiar bajo. Quieres bailar para siempre.

Empieza con un baile. ¿Cómo termina?

undostres...undostres

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es que a uno se le olvide!! es que uno se pone a mirar a los que "la llevan" y a comparar sus propios pasos con los de ellos...
Lo único que se puede hacer contra eso es estar seguro y seguir escuchando el ritmo interno, y bailando sin pensar en que lo miran!!
De hecho, hay unos viejos ya ancianísimos que bailan INCREÍBLE!!!
saludos :)

Carlos García S. dijo...

es verda que muchos bailan mejor que uno... pero aún así, mis amigos me llamaba Da Rythm... por algo será jajajaja