abril 05, 2006

5 de Abril

Un 5 de abril, en el ’94 murió Kurt Cobain. Recuerdo que Mtv nos decía que el líder de Nirvana era el Kennedy de nuestra generación: todos recordaríamos donde estábamos cuando murió. Antes ya había oído lo mismo sobre John Lennon. Verdaderamente no recuerdo que estaba haciendo en ninguno de esos dos días, pero, a juzgar por cómo me enteré de Cobain, debo haber estado en casa, viendo televisión, tal vez buscando algún video musical entretenido (¿Recuerdan cuando Mtv pasaba más música?). En esa época no escuchaba mucho grunge. A comienzos de los noventas me gustaba el rap. Claro, aún vivía en Ecuador y escuchaba lo que eventualmente se llamaría Old School: Public Enemy y Run DMC. Aún no sabía mucho del West Coast y ese peculiar sonido californiano. El 5 de abril del ’94 no me importó mucho que muriera Kurt Cobain.

En septiembre de ese mismo año me fui a Estados Unidos a estudiar y convivir con otros 25 mil estudiantes de entre 18 a 25 años. Éramos la cola de la generación X. Recién ahí comencé a entender la importancia del grunge y el descontento de mis pares. Recién ahí entendí la importancia del suicidio de un icono. La actitud de todos era un poco más oscura y pesimista. Volvimos a reencontrarnos con la revolución beat y la poesía de Allen Ginsberg. El autor de “Howl” moriría también un 5 de Abril, el `97. Ya estaba viejo, pero su muerte me dio lástima, pues recién comenzaba a conocer su obra (junto a la de Kerouac y Burroughs). Nirvana seguía sin impresionarme, creo que porque la tocaban tanto que ya ni le prestaba atención.

El beat marcó una época importante de mi vida. Tal vez nunca escribí tanto como en esos años. Nunca me sentí tan artista. El grunge llegó recién en este milenio, y mayormente por nostalgia. Cansado de escuchar a bandas con sonidos adolescentes y letras sin sentido comencé a buscar sonidos familiares y a entender realmente lo que nos trataban de decir esos músicos. En algún momento, incluso, lamenté no haberle prestado tanta atención a la música alternativa cuando la estaba viviendo. Entonces, un 5 de Abril del 2002, volví a enterarme de otro fallecimiento. Esta vez fue la sobredosis de Layne Staley, vocalista de Alice in Chains y Mad Season. Tampoco lo escuché demasiado en sus mejores años, pero su voz inconfundible se oye frecuentemente en mis parlantes, sobre todo con Wake Up.

Tres eventos en el 5 de abril de tres años distintos. Este es mi tributo a los mediados de los noventas: el renacimiento de “lo beat” y la comercialización del grunge. También un merecido tributo a estos tres ídolos que murieron en esta fecha.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Amo a todos esos!!!!! me uno a tu homenaje.
Lindísimo post.
Interesante, didáctico, mezcla de aromitas a jenjibre.

Por cierto estás mejor?

Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo me acuerdo de cuando se murió Kurt Cobain: un amigo mío, pinche mío en realidad, que era un macho man me llamó casi llorando para contarme. Ups.
En todo caso aunque admiraba su música, nunca lo encontré ni tan sano ni tan fuerte... no creo que haya sido como la muerte de Kennedy, excepto en eso de que la gente se acuerda...

Carlos García S. dijo...

Malena - Estoy mejor, gracias. Es curioso como el tiempo es nuestro mejor cicatrizante.

Galgata - No era ni sano ni fuerte, y por eso era un ícono de una generación que nunca supo ni siquiera nombrarse a sí mismo (de ahí viene la X). Los noventas fueron muy extraños en USA. Me alegra y me alarma haberlos vivido (¿sobrevivido?)

Anónimo dijo...

yo tenia como 7 años cuando ocurrio todo esto de la muerte de kurt. por eso descubri el grunge cuando ya no existia este espiritu. por lo mismo yo e tenido que crear mi propio espiritu grunge y mas bien lo asocio con led zepellin y con el punk, con un aire de deprecion y actitud.

Carlos García S. dijo...

pablo - el espíritu grunge murió con hacia los finales de los 90s. Creo que es más sano buscar un nuevo espíritu. El punk tuvo su propio espíritu, y también el rock psicodélico de los sesentas. Al final todas las influencias sirven, pero es mejor usar esas influencias para algo propio, más personal.

Gracias por tu visita.