Salimos de la tierra natal hace más de 20 años, y desde entonces, mi familia ha sido reducida (somos cuatro, aunque a menudo se agrega un gato a la cuenta). Así, la vida familiar toma una importancia inexplicable para quienes no lo han vivido. Para ponerlo en perspectiva: en los últimos veinticinco años viví en 7 ciudades distribuidas en 4 países. Esa falta de una patria reconocible hace que uno sienta más apego por las tradiciones familiares. Entre ellas algunas menos agradables, como salir de compras juntos todos los sábados (no me refiero compras como quien vuelve con zapatos nuevos, me refiero a las compras de comestibles y otros menajes para toda la semana).
Pero también hay muchas tradiciones que valoro. Todo lo que respecta a navidad hacen que estas fechas del año sean las más agradables. Por un lado siempre es agradable concluir un año (al menos psicológicamente me siento como si aquello de “borrón y cuenta nueva” fuera verdad). Pero principalmente era tener a mi pequeña familia reunida el 24, escuchando villancicos y armando el arbolito.
No estoy seguro de cuan antigua sea esta tradición familiar de armar el árbol el 24 de diciembre. Ni siquiera podría decirles de que lado de mi familia viene. Lo cierto es que ya se venía haciendo desde antes que nazca, por lo tanto, nunca me pareció nada fuera de lo normal.
Sigue gustándome esta tradición. Entre todos ensamblamos las piezas plásticas del árbol y le colgamos los globos, luces, guirnaldas y otros adornos. Luego colocamos los regalos, tomamos nuestras fotos familiares (normalmente ahí secuestramos al gato para que salga en un par de fotos) y vamos a comer. Ciertamente los últimos años la responsabilidad de la cena mi mamá la comparte conmigo.
Es bueno tener tradiciones. ¿Será que todos tienen tradiciones navideñas? Claro, me imagino que algunas no son tan agradables, como disfrazarse de Santa Claus y estancarse en la chimenea.
diciembre 27, 2005
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5 comentarios:
Estimado Carlos:
Nos cuenta que es ciudadano boliviano. Me hubiera gustado que nos relatara una escena de Nochebuena en su niñez, en su tierra natal. Hago propicia la ocasión para desearle un próximo año lleno de alegría y bendiciones.
Francisco Gatica
Las tradiciones corresponden a una rutina determinada. En este caso, que se repite cada año.
Los que no tenemos estos verdaderos rituales sentimos la necesidad de crearlos, puesto que forman parte de la identidad de cada uno, y fundamentalmente, del reflejo del parentesco, la sangre, y el amor que existe entre cada integrante de la familia.
Y eso es, creo yo, una tradición.
peregrino - muchas gracias. Ya contaré alguna escena de mi infancia. Claro, que debo admitir que mis mayores recuerdos involucran a la familia y la ansiedad de los regalos. Pero algo de las tradiciones bolivianas si las se. Escribiré al respecto.
brian - estoy de acuerdo contigo, pero también están esas tradiciones que fueron creadas hace mucho, y se pasan por generaciones. Esas son las invaluables porque tienen un significado más profundo del que podríamos atrevernos a imaginar.
En fin... feliz año nuevo a todos...
Es curioso eso de la distancia. Mi hermana nunca fue tan fan de la Navidad como desde que se fue a vivir a USA... ahora es todo un evento para ella y lo que lejos más anhela es estar acá con nosotros, lo que será este año probablemente...
A mí también me encantan las tradiciones... y creo que, sobretodo a la distancia, dan noción de quiénes hemos sido y por ello de quiénes seremos y somos...
Feliz Navidad y Año Nuevo atrasados!!
Gracias por tus deseos galgata, igual a tí, y por duplicado.
Que las tradiciones alegres no mueran nunca, y sobrevivan generaciones. Es verdad lo que dices: la distacia te acerca a tu identidad, que en la cercanía, se esconde detrás de la familiaridad.
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