¿Dónde está mi verano?

¡Qué fácil es mentir con fotos y palabras en un blog! Esta foto no es de este invierno, y la tomó papá en diciembre del 2003. Es un invierno, sí, pero uno que la temperatura promedio es por lo menos diez o quince grados mayor a la de Santiago. Un invierno cálido, apenas un poco más frío que los veranos santiaguinos. Un invierno normal en Miami. Las sillas están vacías porque los locales piensan que con 20 grados hace demasiado frío para la piscina.

Lo cierto es que extraño el verano. Hoy hay un sol agradable afuera, pero está bastante frío (claro, se empieza a derretir la nieve cordillerana y nos llegan aires helados). Cierto, el sol me alegra (¿serán mis raíces Incas?), pero si no me calienta el rostro, no alcanza. Sol de invierno, eres hipócrita (no, perdón… perdón… no te enojes ni me quites tu luz)

Definitivamente soy caribeño. Prefiero el calor y a pesar de lo incómodo de la humedad, creo preferirla a días lluviosos y grises como los últimos cuatro que tuvimos aquí en la capital.

Tanto que veo a los shorts y mis camisas manga corta en mi ropero ya con añoranza y los árboles muertos en mi barrio con pena. ¿Dónde está mi verano? ¿Lo habré dejado olvidado en algún cajón junto con aquellas cartas viejas? Si alguien lo encuentra, por favor avísenme en este blog. Es cálido y agradable, auque puede ser algo seco, pero le gusta divertirse de día. Le gusta la playa y la gente, y no creo que nunca lo vean vestido de negro. Me avisan, ¿sí?