septiembre 16, 2005

18


Es cierto que, a favor del chileno, se pueden escribir muchísimas páginas, pero también es verdad que, como extranjero, me ha tocado vivir un poco de discriminación y nunca fue fácil “reclutar” amigos. Pero esos fueron los primeros años, y ahora estoy invitado a un pequeño asado dieciochero a celebrarse en la laguna de Aculeo.

Preparo, entonces, mi hígado y mi estómago. Hoy comencé el entrenamiento con un almuerzo oficinista de empanadas y chicha. Me gusta el dieciocho, como me gustan todas las celebraciones patrias. Son una buena excusa para reunirse con los amigos, comida simple y el trago de moda.

Siempre son momentos en que el nacionalismo aflora y, a pesar de los problemas que esto pueda causar, siempre me agradó el entusiasmado ambiente. Por ejemplo, de Chile, siempre admiré que en estas fechas todos piensan en asado, vino, chicha, cueca y los colores patrios. En efecto, es cuestión de preguntarle a cualquier lugareño, en cualquier época del año, sobre el dieciocho. Es gracioso como un número pueda tener tanto significado.

Hace un par de años pasé el 4 de Julio en Washington, junto a mi paisano, Juaco, y su familia. Paseamos por The Mall y terminamos viendo los fuegos artificiales desde las escaleras al monumento de Lincoln. Este sábado llega a Chile con su esposa (y espero que también su hijito a quien aún no conozco), y el asado en Aculeo es en su honor. Parece que me tocará pasar otra fiesta patria con su compañía en un país que no es el nuestro.

No importa, el mundo es un pañuelo, y estas fechas son las mejores para encontrarse con viejos amigos. Los ambientes festivos siempre son los mejores para los encuentros. Ahora, si tan solo Gus o Martín pudieran visitarnos desde Buenos Aires o Brasilia (respectivamente) el aberrante grupo díscolo se vería reunido. Por ahora, Santiago no tiene que preocuparse.

Felices fiestas patrias a los que me leen en Chile. Claro, lo mas seguro es que ellos no lean esto hasta que se recuperen de la farra y/o vuelvan de sus vacaciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Carlos por favor que apetitoso ese lomo a lo pobre, para eso hay que tomarse un rico cabernet, despuès un buen bajativo y por ùltimo un trago con soda caústica ya que es una bomba al estomago y esto último te limpia todo.
Que tengas un Buen fin de semana.

Carlos García S. dijo...

Bueno, ¿un 18 sin su vinito? Y claro, en esta caso, Cabernet. Aunque confieso que este año me dediqué a "explorar" los placeres que ofrece la chicha..., claro, sufrí sus consecuencias también.