Hoy vino mi amigo Joaco con Dorota (su mujer) y su niño. Él es amigo de la familia desde hace unos diez años. Claro, verlo feliz es un orgullo tanto para su familia como para la mía. Todos gozamos con el niño mientras nos dedicamos a conocer a Dorota, pues poco es lo que sabíamos de ella.
La agradable muchacha es de nuestra estirpe viajera. Nacida en Polonia vivió también en Canadá y los Estados Unidos, donde conoció a Joaquín y donde viven. Contestó alegremente las típicas preguntas.
-¿De qué ciudad de Polonia eres?
-Varsovia, viví ahí hasta los 14 años, luego a Canadá.
-¿Te gustó Chile?
-Si. Las playas muy bonitas. Y hay partes de Santiago que me recordaron mucho a Polonia. Lugares con calles empedradas.
-Hablas muy bien el español, entiendes todo, ¿verdad?
-A ustedes los entiendo perfecto. Lo que no entiendo es chileno.
Es que, verdaderamente, en Chile no se habla español, si no un dialecto basado en ese idioma. Sus quejas, y las de mi hermano cuando le hablan los locales, tenían que ver con que hablaban muy rápido, usaban demasiados idiomismos y se comían muchas letras en cada palabra.
Yo los entiendo porque vivo aquí hace más tiempo, pero sus quejas son justificadas. Entiendo que es difícil cambiar toda la idiosincrasia local, pero creo que algunas veces hay que intentarlo. Por ejemplo, no me gusta cuando escucho en las teleseries. Creo que tanto los escritores como los actores, deben mantener una disciplina idiomática. No es necesario abusar de muletillas idiomáticas para que los diálogos tengan una tonalidad coloquial. Pongo como ejemplo un fragmento de Mala Onda de Fuguet:
-¿Vas a pasar el Dieciocho allá?
-Sí.
-Tú siempre te pierdes las cosas más entretenidas.
-¿Pasar el Dieciocho en Santiago te parece entretenido?
-Da lo mismo. No lo entenderías. Es solo un plan. Ahí viene tu micro.
Lo que viene es solo una suposición, pero me imagino que si alguna teleserie escribiera ese mismo diálogo, lo que oiríamos a los actores en la tele sería algo como:
-¿Vai a pasar el Dieciocho allá, weón?
-Si, po.
-Vo siempre te perdí las weás entretenidas.
-¿Vo creí que pasar el Dieciocho en Santiago es entretenido?
-Filo, nomá. Igual no cachai. Es solo un plan, po. Ahí viene tu micro.
¿Es que los actores son realmente tan malos que no pueden darle un tono adecuado a una conversación? ¿O son los escritores los que tienen poco talento? En general creo que la gente en la televisión y otros medios informáticos deberían educarse en mejorar el lenguaje. Dudo que quienes los escuchan se quejen por el cambio. Además, créanme, la cultura lo agradecería.
2 comentarios:
Pucha, acá yo discrepo contigo... encuentro que el lenguaje informal es justamente lo que nos da la identidad. Cuando alguien habla tan bien como el primer ejemplo, es empaquetado y pomposo...
En todo caso también creo que podríamos hablar un poco mejor, en especial por consideración a los extranjeros que no entienden mucho!! jajaja... y quizá no usar tanto garabato (por divertidos que algunos sean), pero... me gusta más el lenguaje informal. Es más chori :p
Hablar informal no es malo, y en realidad desmejorar el idioma tampoco. Lo malo es cuando los "profesionales" en la tele también lo hacen. Yo estudié teatro en Ecuador (bueno, tomé clases de teatro, no es que sea actor). En Guayaquil también hay un acento notorio, pero nos enseñaron como hacer el idioma entendible a todo el público. Creo que en la televisión, teatro y cine deberían mejorar. Si a mí, cuando tenía 15 años, toomando clases una vez a la semana por un par de meses, me lo enseñaron, no creo que sea dificil para ellos.
Publicar un comentario